La Anestesia de las Redes Sociales, el Gran Compañero del Sometimiento Masivo.
“Panem et Circenses”.
Juvenal, el poeta, acuñó la
frase en la época romana para referirse a la política de dar pan gratis y
juegos como entrenamientos al pueblo de modo de tenerles apartados de los
manejos turbios de los gobernantes, evitando de ese modo que la masa se
sublevara.
La aliada al poder, la
Iglesia, ayudó aportando la cuota de miedo inculcando al fiel, los terribles
fuegos del infierno inventado en que pasarían sus vidas eternas, si no eran
obedientes a sus dogmas, que casualmente condicionaban a someterse a las leyes
del Soberano por haber sido ungido por un representante de un Dios impostor,
que decía amar a sus hijos aunque también mandaba y bendecía matanzas de estos sin
que un solo pelo se le moviese.
………
Los siglos pasaron y los seres
humanos crecieron en conocimientos trayendo en consecuencias, el desafío de
hallar nuevas fórmulas de mantener el sometimiento.
A principios del siglo XX y
finales del anterior, ya había quiénes percibían la ineludible llegada de la
era de la comunicación.
Con libertades cada vez
mayores, igualdades de género y piel, rapidez en los mensajes escritos, la
proliferación de las noticias gracias a la imprenta, el ser humano se definía
al fin como lo que era “un Ser Social y Comunicativo por Excelencia”.
El lenguaje, para intercambiar
ideas que busquen ese espejo donde reflejarse, se desarrollaba a pasos cada vez
más agigantados, y así en 1962, tres ordenadores se pusieron en red entre sí
haciendo posible que se enviaran mensajes de modo instantáneo.
Había nacido Internet.
Se liberaba en el mundo la
capacidad de decir y debatir con personas alejadas entre sí, por miles de
kilómetros, cada uno en su propia realidad y entorno socio político. De esto
mucha tinta ha corrido ya.
Entonces se creó Facebook, Twitter,
Wassap y demás sistemas instantáneos donde la pluma furiosa de los sin voz tuvo
lugar.
Se pudo mandar a la mierda al
Presidente del país, putear a un Obispo, denunciar a la Iglesia de sus
atrocidades silenciadas por siglos, destapar porquerías inmundas acumuladas en
el Poder desde que este se hizo con el mando del pueblo, se guardaron imágenes
y vídeos de las mentiras de los mandatarios para enrostrarles sus yerros en
público, se publicaron informes escandalosos de manejos indecentes, de
convenios con los enemigos, de prostituciones al por mayor, de desprecios de
todo tipo y género.
La crispación tenía ahora un
lugar donde campar a sus anchas sin límites
Muchos de los poderosos
entraron en pánico, se apuraron a proclamar leyes que limitaran esa libertad de
expresión, según ellos abusiva.
Temblando de pavor al verse
desnudos ante los ataques constantes de millones que les insultaban en 140
caracteres, o que colgaban fotografías alteradas que les ridiculizaban,
pidieron ayuda a los que realmente gobiernan el mundo: Los Innombrables.
Y de allí salió una respuesta
inesperada:
“Dejad que vomiten en paz. Nos
hacen un favor; antes debíamos darles pan gratis y circo; hoy solo les
permitimos que escriban, se desahoguen y una vez que lo hacen el grado de crispación
interna, desaparece dejándoles tranquilos, con la consciencia en paz por haber
dicho lo que sentían, y ya no tienen el deseo de salir a la calle a golpear
puertas y gobiernos. La casa está en orden. Además y como regalo, antes
debíamos pagar el pan, hoy ellos pagan por la conexión de la Red.”
Hoy si el poeta viviese, si Juvenal
escribiese nuevamente diría:
“Contumeliis exprobrantem,
Habetis pacem”
“Insulta y estarás en Paz”
El sometimiento sigue y
nosotros, los seres humanos no nos hemos quitado los grilletes, por el
contrario, si antes los teníamos en los pies y manos, hoy también están en nuestra
lengua.
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