OCLOCRACIA O EL PODER DEL VULGO ESTÚPIDO.
OCLOCRACIA O EL PODER DEL
VULGO ESTÚPIDO.
Oclocracia, palabreja que suena todo menos a un sistema de gobierno; parece provenir de la cloaca de una gallinácea o de algo que ver con lo ocular, pero nada más alejado a menos que uno relaciones la cloaca o el ojo con el orificio de salida de porquerías de un cuerpo; y por allí entonces podríamos decir que estaríamos mejor rumbeados. Porque este sistema reúne las inmundicias de otras formas de administración de un pueblo o sociedad.
Pero, ¿Qué es la oclocracia?
*Significado*. Según el
Diccionario de la Real Academia Española es "el gobierno de la
muchedumbre, de la plebe o el vulgo”.
*Origen etimológico*. La palabra griega OKHLOKRATÍA, formada
por el sustantivo "ho ókhlos" (‘muchedumbre desordenada’, ‘turba’,
‘pueblo’, ‘plebe’, ‘populacho’…) y la terminación -kratía (‘gobierno’). Está la
palabra documentada en nuestra lengua desde principios del siglo XX.
En la historia hay quienes se
dedicaron a estudiar muy bien y de manera excelsa el devenir de la sociedad, en
ciclos que se repiten casi de modo reiterativo y alegremente seguido de cierta lógica.
Uno de ellos fue Polibio.
Narra Albin Lesky en su
‘Historia de la Literatura Griega’ que hacia el año 200 a.C., en la Megápolis,
heredera de Lauctra nació el aqueo Polibio, quien murió a los ochenta y seis
años por una caída de caballo.
Fue un experto en cuestiones
tácticas y poliorcéticas, amigo desde su destierro romano del militar Escipión (quién
le acompañó en su campaña española en la caída de Numancia) además de un
diplomático y un fecundo escritor que en la Historiografía comparte ideas con
Tucídides. Polibio consideraba la Historia como "magistra vitae" y
sostuvo el cambio cíclico de las formas de gobierno de las sociedades.
Su teoría (clásica en
Filosofía Política) mantiene que cuando se corrompe una monarquía llega una
tiranía; los abusos y fallos de control del poder devienen la tiranía en
aristocracia; cuando esta elite cultural y social se torna ineficaz se
metamorfosea en oligarquía; cuando la oligarquía se inutiliza
administrativamente, pierde el mando de las instituciones y del ejército, lo cual
impone a la democracia por una rebelión
militar y popular; y por los manejos plutocráticos y partitocráticos la
democracia degenera en una demagogia (Polibio usa el concepto oclocracia) a la que su caos
administrativo, cultural y material trocará de nuevo en monarquía recomenzando el
círculo histórico.
Leer este resumen de la Teoría
Polibiana no subyuga; por el contrario alerta y hace que algunos sensores
naturales del organismo de erijan con algo de espeluznante advertencia.
¿La plebe, el vulgo, esa masa
que San Agustín, Voltaire, Maquiavelo, Eclesiastés y el mismísimo Job han tratado de imbéciles, estúpidos o necios («El número de necios es infinito.» Eclst.
1-15), existen diferenciándose de otros más inteligentes, renegando de la
igualdad tantas veces proclamada por la religión? Y existiendo, haciéndose en
algún momento del poder que se supone le es merecido (“Vox populi, Vox Dei”),
¿Terminen dejando todo en manos de una monarquía nuevamente como si su memoria
no hubiese servido para nada?
Es posible, la memoria humana
no es un retrato exacto de lo ocurrido que se guarda como lo haría una máquina,
un ordenador y que con un tag, se puede recuperar intacto para volverse a ver
con lujos de detalles. Así guardo una fotografía de un suceso y por traumático
que fuese este, hasta los más minúsculos píxeles que pueda tomar la resolución
de la maquinaria utilizada, se recuperará pudiendo entonces hacer un juicio exacto
del evento sin mayores pérdidas. Pero nuestro cerebro no trabaja así; el suceso
ingresa a nuestra red neuronal y es diseminado en múltiples trozos que son
almacenados en muy distintos lugares. Así por ejemplo (y esto es lo que se cree
actualmente) algo ocurrido en un jardín, la imagen, sonidos, aromas, voces,
personas, filiaciones, enlaces, etc. Cada uno será almacenado e distintos
espacios neuronales como árboles verdes de primavera con hojas pequeñas durante
una tarde, flores amarillas mecidas por el viento en una tarde, perfume de
hierbas soleadas y regadas recientemente, persona alta vestida de negro con calcetines
verdes; y así en innumerables variables separadas del evento principal que
luego cuando quieran ser recuperadas pasaran por un filtro de emociones y estas
dirán si tales elementos no nos son perjudiciales por recordar otros sucesos
traumáticos que nos pongan tristes o demasiado excitados como para comprometeré
el normal funcionamiento del organismo. El sistema de alerta temprana de
nuestro cerebro obrará en todo momento para evitar que recordemos todo tal cual
fue, porque habrá algunas cuestiones que pueden ser provocadoras de situaciones
de inestabilidad para un cuerpo que permanentemente está en un filo de vivir o
morir; por tal los recuerdos no serán
los que esperamos, sino lo que nos conviene recordar.
En este pequeño y apretado
resumen trato de hacer comprender que no es que el ser humano tenga memoria
corta, sino que no recordará lo que no debe o por lo menos no lo hará si no le
es provechoso en su totalidad y evitará volver sobre pasos que le sean odiosos
y desagradables.
Ante esto, el ser humano
puede, tiene permitido cumplir ciclos y olvidar que otros tiempos fueron
peores.
Y esto se sabe. Y hay personas
que piensan y que están detrás de un grupo de poder que lo saben y utilizan
bien. Entonces se juega con elementos que la mayoría de la población desconoce,
se manipula, se condiciona y se maneja a la masa, al vulgo, que como decía San
Agustín: «La mayoría de hombres son idiotas. Eso también es sabido.» San
Agustín, Del libre albedrío, i, 8, 19.
El sistema es simple; el ser
humano cuando fue superado por el medio natural tuvo que hacer uso de otra
estrategia de vida para sobrevivir: entonces pactó con sus similares para
conformar la sociedad, pero de ese pacto, que funcionaba con la voluntad de
todos, surgió la necesidad de organizarse y así obtuvo un pacto organizado o
voluntad general, sobre la que fundamentó, ahora sí, la sociedad humana. Esta voluntad
general no era la que tenían todos por igual, pero se aproximaba en una mayoría
notable. Con esta voluntad general eligió gobernarse.
Actualmente, algunos gobiernos
carentes de moral cívica, respondiendo a intereses muy personales y
particularmente a sectores de poder monetario mundial, disfrazan la voluntad de
todos (que por supuesto sigue existiendo entre los seres humanos), en voluntad
general. Pero esta no es cierta, es solo una voluntad travestida, que tiene
como fin apabullar a los que defienden a la verdadera voluntad general con cifras,
movimientos, jornadas, piquetes, multitudinarias demostraciones,
escenificaciones ficticias, vedetismo, actos de ilusionismo populista, mensajes
grandilocuentes y melodramáticos, obras faraónicas, todo aquello que solo sea
cartón piedra, lentejuelas y mentiras que deslumbren a los tontos de siempre,
al vulgo, a la masa imbécil, a los borregos fáciles de arriar a cualquier lado.
Mientras quedan en el camino, mordiendo el polvo de la impotencia, lo
auténticos posibles salvadores de la Patria, decepcionados, deprimidos,
diseminados, divididos, incomunicados. Los Rácinès de Force (arrancados por la
fuerza).
Y la Oclocracia cumpliendo el
fin del ciclo requerido; hecho el mito durante ella, de sus mismas tripas
nacerá la Monarquía que reinará por sobre vuestras testas…..¿porqué?
Porque es voluntad general de
todos.
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