“Nunca una buena historia comenzó con una ensalada.”



-       Lechuga, de hoja larga… mmm, mejor una crespa, una hoja de roble, una iceberg. Tomates… mmm, estos rojos semi maduros, unos cherry de colores para animar la ensalada y unos de estos negros, el kumato. Rúcula, escarola y canónigo, frutos secos, queso parmesano, olivas negras sin hueso, queso de cabra, una piña para darle dulzor, cebolla de Figueras, ajos tiernos y una guindilla para que pique solo un poco. Esta ensalada va a hacer historia, solo falta aderezarla y la vinagreta aparte.
-       ¿Cómo te hago la vinagreta?
-       A esta ensalada le vendrá de perlas si le ponemos una vinagreta de melaza. Apunta y luego buscas los ingredientes, una cucharadita de mostaza de Dijon, dos de vinagre, media de zumo de limón, 2 de miel, tres cucharadas de aceite virgen, una cucharadita de sal y pimienta negra, si la quieres que sea más abundante, duplicas la receta. Ponla en el cuenco de madera que queda más bonito.
-       Vale. Ya busco los ingredientes.
-       ¡Ah! Ponle también media cucharadita de salsa de soya, pero ten cuidado que solo sea media cucharadita, que la soya es para dar apenas un toque, que sino mata el resto de los sabores… y reduce la sal a media cucharadita en lugar de una entera, ¡es que la soya es muy salada!
-       Vale mama, ya lo apunté. Voy por los ingredientes y la hago.
-       ¡Carmen! Traeme por favor de la nevera la fuente que tiene las cebollas picadas.
-       Voy mama.
Era la Reina de las Ensaladas, no importaba cuál fuese el segundo plato, como primero, fuese invierno o verano, en la mesa se servía una deliciosa y abundante ensalada. Todos se hicieron a que no podía faltar en la comida, hojas tiernas de alguna verdura, rúcula, escarola, lechugas, canónigos, berros, brotes de diversos cereales, endivias, coles, espinacas, achicoria, hinojos, lollo rosso, diente de león, borrajas, verdolaga, y ciento de otras que solo ella conocía. Solía ir al campo, a la montaña o al río solo a buscar nuevas hojas para sus ensaladas; las recogía, identificaba y luego las probaba en ella, se hacía un pote con las nuevas adquisiciones y analizaba su sabor y textura, luego las combinaba con diversos agregados comunes a todas, como la cebolla, los tomates, los rábanos, las vinagretas y al fin le daba, o no, el honor de figurar entre sus recetas personales.
En cierta ocasión descubrió en plena montaña de los Pirineos una planta con hojas moradas y una flor amarilla. Empecinada en que fuese parte de sus verduras, probo de mil y una maneras, pero siempre llegaba al mismo lugar, el sabor a estiércol era sumamente desagradable y no comprendía el porqué de esa presencia. Hizo que la familia tuviese excursiones a las montañas casi todos los fines de semana de ese otoño. Al fin un día descubrió la razón, la planta crecía donde las cabras montesas defecan y de allí el sabor que contenían; no había reparado que las pequeñas bolitas de la evacuación caprina, eran parte del sustrato necesario para que esa planta creciera. No fue eso lo que la detuvo, llevó a su casa varias plántulas que consiguió a lo largo de un extenso recorrido, por entre las piedras a más de 2000 metros, e intentó reproducir el ambiente para que se desarrollaran, pero era evidente que la altura en que crecen estas plantas no es la misma que la de la ciudad, y el experimento fracasó. No obstante regresó al lugar de los Pirineos y con un cerco portátil, amuralló varias plantas para que no se contaminaran con el estiércol. Si algún caminante se encuentra con unas estructuras oxidadas en forma de tubo, de gruesos alambres entretejidos, no le eche la culpa a los alienígenas, son los cercos de ella, la Reina de las Ensaladas. Ese método no resultó, el sabor persistía estoico y soberano en las hojas moradas. Al fin cuando se dio por vencida y decidió abandonar a la resistente planta, un amigo de la familia habló de una exótica ensalada comida en Vietnam, con hojas similares. Fue un rayo de luz el que se produjo sobre ella, a modo de revelación divina se sumergió en internet por espacio de dos días y al fin salió triunfante, una persona de la Embajada de nuestro país en Vietnam se comprometía a enviarle semillas de la extraordinaria hoja. Al cabo de tres meses tuvo sus semillas y pasando otros cuatro meses, cuando llegó el invierno, la morada hizo su irrupción en el macetero de experimentación que había construido su marido. Las hojas con su habitual color se desarrollaron con rapidez y floreció al cabo de un mes desde que naciera el primer brote.
La cosecha de hojas para experimentar en sus ensaladas la hizo a los 60 días de la eclosión vegetal, justo con la llegada de una carta de la Agencia de Seguridad Biológica.
Alarmada por la procedencia, la leyó en voz alta delante de la familia, que no dejaba de estar asombrada. Le anunciaban que debía ponerse en contacto con un Licenciado en Bio-desarrollos Hortícolas a los fines de informarle sobre la introducción ilegal de semillas, que era consideradas altamente maliciosas para el entorno de la producción vegetal en nuestro suelo. Al día siguiente se puso en contacto con el licenciado y luego de una larga charla, metió hasta la última de los restos y semillas de las plantas, junto con el sustrato que había usado para su desarrollo, en una gran caja envuelta en plástico termo contraíble, para que fuesen retiradas por un mensajero de la Agencia. Luego recibió otra carta donde le intimaban a no volver a hacer entrar especies exóticas sin la debida autorización, y también le agradecían su total y entera colaboración.
Así se le terminó la aventura de las moradas, con el consuelo que le dio su marido, que ahorrarían para ir todos a Vietnam y degustar de esas exquisiteces culinarias.
-       ¡Carmencita! ¿Ya está la vinagreta? ¿O aun sigues prendida al móvil?
-       No mama, ya está lista. Y estoy hablando con la tía Susana no con mis amigas.
-       ¡Ah! Susana, dame un segundo con ella que tengo que pedirle una cosa. ¿Hola Susi? Tú que vives cerca del botánico, ¿me podrías hacer un favor?
-       ¿Qué necesitas?
-       Que vayas hasta el botánico a eso de las seis, cuando están en el cierre del parque y te hagas de unas flores de una planta que necesito, te paso la fotografía de cuál es, la tomé yo misma mientras paseaba por allí el sábado pasado.
-       ¿Me pides que robe unas flores para ti? ¡Estas cada día más loca!
-       ¡Va, Susi! Solo son dos o tres flores.
-       Si me pillan me multan y tú te quedas sin flores.
-       ¡Va! Hazlo por nuestra familia Susi.
-       Mi hermana la loca que quiere que robe una planta…
-       ¿Con quién hablas?
-       Con la mama, que dice que estás loca, lo que apoya mi teoría que necesitas tratamiento, tus y las ensaladas.
-       ¡Va Susi! Hazme el favor.
-       Vale, ya veré si puedo y cuanto te cobraré por este favor.
-       Te amo hermanita, eres la mejor…
Cuatro grandes ámbitos eran los que conocían sus ensaladas, las familias de los compañeros de trabajo del marido, las madres y niños de los compañeros de sus hijos e hijas, su propia familia y los organizadores de la Feria Anual de Gastronomía de la Comarca. Y ahora se agregaba una quinta faceta a esta carrera que abrazara con tanto ahínco y entusiasmo. Elena Bordiente Costill tendría su propio canal en You Tube dando clases magistrales sobre la elaboración de las ensaladas, desde la producción de las hortalizas, hasta la fuente o el cuenco en qué servirlas, todo pasaba por sus ingeniosas manos. La Reina de las Ensaladas iba a la conquista de un territorio muy competitivo, dónde literalmente se sacan los ojos por ser trend topics en las pantallas de ordenador y móviles.
Preparó su escenario en la galería de la casa, que con un amplio ventanal de fondo, mostraría una imagen fresca, agradable y de confianza. Dispuso una encimera de imitación de granito blanco, una pica doble para el lavado de las verduras, tres tablas de picar para las diferentes opciones de hojas e demás ingredientes, una nevera que le sobrara a su madre, y estanterías de colores que daban un alegre ambiente. Con esto de lugar de elaboración, buscó el mejor look para ella y sus vestimentas, una de sus hijas, Carmencita, le sería de ayudante, su hijo Federico de camarógrafo, entre Julia y Andres, sus otros dos hijos, harían la edición y montaje de los vídeos semanales que emitiría. Su marido se comprometió a ser utilero y de dar el apoyo moral del proyecto. Ella haría los guiones y la programación, y un amigo del marido, Rubén, le daría apoyo en la estructura del programa y su difusión en otras redes, aprovechando que era el informático de la empresa en que trabajaba. El equipo estaba bien armado y el éxito a corto plazo casi garantizado.
La emisión comenzó después de las navidades, todo un desafío el de empezar en invierno, donde se supone que los platos fríos son los menos apetecibles para entrar en calor con las bajas temperaturas, pero ella estimó que de lograr una primera audiencia en esas circunstancias, le daría ventajas sobre otros programas que optaban por los platos calientes. La Reina de las Ensaladas buscaba imponer la costumbre de un plato de hojas en todo el año.
En el primer mes de emisión con solo 4 programas emitidos, la respuesta de los seguidores fue buena, pero eran casi todos de otro lugar del mundo donde el calor estaba presente; eso no era su meta, ella quería seguidores autóctonos.
Al tercer mes comenzaron a subir las visitas al programa y el blog cosechó las primeras amas de casa de alrededor con sus comentarios, y todos halagando sus recetas.
A seis meses de la primera salida a la red, el número de visitas en You Tube alcanzó los 100.000 y fue todo un festejo en la familia. La ensalada número 101.000 la celebró con una receta exclusiva, la ensalada de hierbas del campo donde incluía hojas de plantas poco habituales, margaritas, ginkgo bilova, arce, tallos tiernos de alfalfa, trigo verde, etc. El número de visitas se duplicó en menos de un mes.
Para cuando llegó el mes de noviembre, las emisiones fueron dos por semana, lo que hacía que se convirtiera en algo más que un pasatiempo.
El equipo comenzó a recibir una pequeña remuneración por el trabajo y Elena tuvo que incluir sus ganancias en Hacienda, anotándose en la categoría de autónomo y pagando el correspondiente impuesto; un proyecto que tomaba parte del tiempo de todos, debía tener un soporte correctamente comercial si se quería que avanzase al ritmo que mostraba. Pero comenzaron también las exigencias de una constante renovación de su recetario y una mejora sustancial en el armado de cada emisión. El decorado fue reemplazado por uno más elaborado, la cámara de grabación por una profesional, los posteos mucho mejor redactados, y la apertura de una página web que absorbió al blog inicial. En el guion tuvo que agregar comentarios de actualidad, sin perder la frescura de lo aparentemente improvisado, una de las características que le hacían ameno y cercano a las seguidoras.
Al llegar al año de emisión, su programa fue mencionado por primera vez en uno de la televisión abierta, nada menos que en el que conducía una reconocida periodista del medio gastronómico, eso fue un espaldarazo para que la cuenta de You Tube fuese top trending esa semana.
Elena con sus 47 años tenía una belleza particular, de cabellos morenos y lisos, con una silueta que no correspondía a su edad ni al hecho de sus cuatro embarazos, con una amplia sonrisa que recordaba sutilmente a la de la actriz Julia Roberts, era la cara que podía vender muy bien la comida sana de una de las cadenas favoritas de producción de hojas para ensaladas, y fueron por ella a contratarla. La noticia del ofrecimiento fue un tremendo vuelco en la familia, Elena, la mama de los niños, la hermana de Susana, la mujer de Agustín, la vecina del barrio Les Fonts, pasaba del anonimato a ser reconocida en cualquier lugar que se presentara.
La anécdota de las hojas moradas de los Pirineos dejó de ser una historia familiar, de las que se cuentan con un delicado aire de burla hacia la excesiva búsqueda de innovaciones culinarias, a un episodio que mostraba como el tesón y la constancia producen exitosas vidas que son tomadas como ejemplares; a esto se le agregaba su familia que sin dudas cumplía con creces, la imagen de la armonía y felicidad. Cosa que no era ficticio en absoluto.
El entorno del equipo, la buena disposición de un marido en las sombras, apoyando a su mujer en todo cuanto se propusiese, hijos que amorosamente secundaban a su madre y el resto de los familiares que estimulaban a la estrella culinaria, formaban un filón a explotar en una sociedad que se va desmembrando poco a poco. Una de las principales cadenas de televisión apostó fuerte y le tentó con un contrato por un año, para una emisión semanal de sus habilidades en los entrantes verdes. Tras una larga reunión familiar, al fin aceptó la oferta y se firmó el contrato para dar comienzo a las grabaciones, a partir de la llegada de la primavera. El tiempo intermedio transcurrió en medio de todos los preparativos para el lanzamiento del programa, en esos días fue invitada por cuanto espacio que se refiriera a la gastronomía o a la mujer y su figura fue vista por millones, esto no solo aumentó la popularidad de su canal, sino que elevó el conocimiento por parte de todo tipo de televidente, desde el que busca una receta para ese día, hasta el que ve en ellos motivos muy diferentes para con el placer de comer o cocinar. Uno en particular puso su vista en ella, Germán Lazlo Urtiel, como se hacía llamar desde hacía un par de años.

Elena dejó su look de morena de cabellos lisos, por una sugerente señora de rizos negros y ojos verdes, con un rímel pastel para sus labios que hacían de su boca, un particular emblema publicitario.
La desenvoltura ante las cámaras no fue un problema, había aprobado con nota alta al haberse acostumbrado en el canal de You Tube, ahora solo se le pedía que fuese un poco más seductora.
Elena buscó a su marido para que le indicara la mejor pose y la más a gusto del grupo, en ningún momento abandonó su lugar de madre y esposa por el de estrella de televisión. La cadena aceptó que fueran sus preferencias las que mandaran sobre su apariencia y no una empresa de marketing, querían naturalidad sensual y ella cumplía con ese perfil.
En las condiciones de contrato se aseguró que su hija Carmen tuviese un lugar como auxiliar de cocina y los contratantes dijeron que no solo ella, sino que toda la familia aparecerían ayudando a mamá a cocinar y probando sus platos. Eso abriría una nueva ventana de los espacios dedicados a la mujer.
El primer programa se grabó en setiembre y estuvo acompañada por seis grandes conductoras de la cadena, dando todo el apoyo posible a su debut.
En noviembre la emisión fue un éxito completo, la audiencia respondió y los números salían a pedir de boca.
Puliendo poco a poco los detalles de producción, Elena y familia se hicieron de un lugar en las tardes de televisión, la ensalada reinaba en el ranking semanal.
En agosto, la primera semana de un caluroso verano y en plenas vacaciones, con todo el país en las playas preferentemente, las recetas de Elena eran esperadas a las ocho de la tarde compitiendo con las noticias en otros canales. Un horario por demás de arriesgado, que sin embargo dio los frutos deseados.
La emisión del 9 de agosto comenzó con Elena mostrando su huerto y cocinando en una galería rodeada de plantas y mucha madera, un ambiente fresco y relajado. Ese programa fue grabado una semana y media antes, el 29 de julio. El 8 se comenzó a grabar el correspondiente al 14 de agosto, trataría de seis ensaladas divertidas para hacer en familia, por lo que se citó al grupo completo.
A las seis de la mañana llegó la familia al set; no bien comenzaron, eran las 6:25 horas, entro un llamado para Elena, era de uno de sus seguidores, por lo que el director pensó que sería una buena idea tenerlo en directo mientras ella desarrollaba su guion; el libretista estuvo de acuerdo en hacer las correcciones para incluirle y el seguidor que llamaba también lo aceptó de muy buen grado, comprometiéndose a reiterar la llamada en un punto determinado por el libreto.
Elena estaba en plena tarea de cortar las hojas de una lechuga que se cultiva en Japón, cuando entró la llamada.
-       Entonces cortamos cuidadosamente las hojas verdes y dejamos esta parte más clara entera; con ella haremos parte de la presentación, verán que no desperdiciaremos nada de lo que usamos, esta hortaliza es cara y por ello que no debemos tirar nada de ella.
-       ¿Elena? Hay un llamado que la dirección ha permitido que entre en el aire, ¿puedes atenderlo por favor?- la voz en off le comunicó que el admirador estaba en línea.
-       Hola, buenas tardes. ¿Con quién tengo el gusto de hablar?
-       Hola Elena, soy Germán, te sigo desde que estabas en You Tube, tengo todos tus apariciones en ese canal, como las que has hecho en televisión, en cada programa que has aparecido y una amplia colección de recortes de diarios y revistas especializadas.
-       ¡Qué honor Germán! Eres de mis seguidores más antiguos, ¡que emoción! Dime Germán, que quieres decirme.
-       Elena… quiero decirte varias cosas, en primer lugar que te amo, en segundo que eres la luz que me ilumina cada tarde, la que hace que mi vida tenga sentido.
-       ¡Pero que galante eres Germán! Hasta voy a ponerme roja por lo que dices. Te agradezco de corazón lo que me has dicho. Yo también amo a mis seguidores, y a los que por primera vez me ven en la pantalla del televisor. Cada ensalada está llena de ese amor que tengo por vosotros.
-       Gracias Elena, pero mis sentimientos no son los del resto, estoy seguro de ello. Yo realmente te amo, cada parte de ti, tú cuerpo, esa sonrisa cautivante, tus hermosos ojos, todo lo que eres. Tengo envidia de tu marido, imagino más de una vez que yo estoy en su lugar.
La dirección de inmediato dio orden de no cortar la conversación, conocían los casos de este tipo y podrían ser un atractivo más si continuaba en un ambiente controlado, pero si transgredía alguna norma sabían cómo actuar. El director pidió que la llamada se rastreara dando parte a seguridad, ante una remota posibilidad de haber tomado contacto con alguna persona que constituyese un peligro para Elena o el mismo programa. Cuando se realizan este tipo de producciones en las que el público puede llamar al presentador o ejecutante, es una norma general que se tenga a mano un sistema por el cual mantener un control de las llamadas entrantes, para evitar situaciones que salgan de las normas establecidas.
-       Realmente me siento halagada por tus sentimientos, pero sabes Germán que este es un programa de elaboración de comidas, preferentemente las ensaladas, las que son mi especialidad. Los temas personales no los trato aquí, pero no te sientas mal por favor.
-       Me siento defraudado sinceramente… porque estoy abriendo mi corazón y tú piensas en las ensaladas.
-       Comprendo Germán lo que dices y no deseo que nadie se sienta defraudado conmigo, por lo que te propongo que sigamos esta conversación en privado. ¿Sí?
-       Vale, yo quedo en línea esperando y hablamos. Gracias, te quiero mucho.
Rápidamente se reunieron y evaluaron el caso, era evidente que el tal Germán actuaba con las características de un psicópata y había que ir muy bien plantado para que no llegara lejos en sus aparentes y supuestas intenciones. Se acordó que Elena le respondiese el privado, y estarían al tanto de lo que ocurría, además de ir asesorándola en el transcurso de la conversación.
-       Hola, bueno aquí estoy, dime que es lo que deseas del programa Germán.
-       Hola… ¿qué es lo que deseo? ¿me lo preguntas así sin más?
-       ¿Y cómo querías que te preguntara? Eres tú quién ha llamado y supongo que quieres dejar algún tipo de mensaje. ¿Hay algo que no te ha agradado de la programación, o tienes que hacer alguna crítica?
-       No. Crítica no es lo que quiero hacer, me parece que es un excelente espacio dónde se aprende mucho. Tal vez el cambio de tú canal en You Tube a la televisión, haya sufrido un poco la frescura con que actuabas, pero eso se comprende, es la televisión y son otras las reglas.
-       Exactamente, tú lo has dicho muy bien, son otras las reglas. Una de ellas es que el público pueda dejar un mensaje sobre una nueva receta, o la modificación de lo que damos, inclusive pueden dar su testimonio sobre cómo les salió la receta hecha en casa. Eso es muy valioso para nosotros.
-       Es que… no va por allí mi mensaje. Es de tono diferente.
-       Vale y ¿cuál es entonces?
-       Ya te lo dije… te amo, me gustas mucho.
-       Vale, ya respondí a eso, te agradezco el elogio, pero sabes bien que estoy casada, que tengo cuatro hijos y una familia que trabaja a la par conmigo. No soy una mujer libre que pueda dar una oportunidad de conocer a un hombre, por más que sea galante, caballeroso y educado como lo eres tú.
-       Sí, ya sé que cuál es tú situación personal, pero quería, no sé… una oportunidad de demostrar lo que siento por ti. No digo que seamos una pareja, ni amantes, solo una oportunidad de decirte personalmente cuanto estoy enamorado de ti, solo eso. Luego tú sabrás que hacer… tal vez te gusto, o congeniemos y tú decidas diferente a lo que tienes ahora.
-       Vale, te he comprendido lo que dices, respeto tus sentimientos, pero mi respuesta a una cita es decididamente no. Ya lo he dicho y lo reitero, estoy casada y amo a mi marido y a mis hijos. No es posible lo que te has propuesto, seguro que debe haber miles de mujeres que se sentirían orgullosas de tenerte de compañero en sus vidas, que se enamorarían sin dudas de ti, pero yo no soy la persona que tú necesitas.
-       Eso lo dices sin conocerme. Es por eso que te pido una oportunidad de vernos frente a frente.
-       No insistas Germán, lo que deseas no es lo que yo esté dispuesta a dar, por más que comprenda tu sentir hacía mí.
-       Es que… no quiero insistir, te lo estoy pidiendo, no insistiendo, eso lo hace el que ya sabe que no es posible, pero yo sé que sí es posible, lo siento en mi corazón y mucho más.
-       Lo siento mucho Germán, no puede ser. Y ahora debo seguir trabajando.
-      
-       ¿Hola?
-       Sí. No es que quiera un sueño imposible. No, no es así, yo sé que tú estás hecha para mí. Ellos me lo afirmaron cuando los consulté y me dieron su aprobación, ahora solo falta que tú lo entiendas. Tal vez he sido un poco apresurado, te daré tiempo para que lo pienses y luego me contestas, mañana por la tarde si estás de acuerdo. Hablaré con ellos nuevamente para que influyan en tú yo interno, para que la mente se abra y mi amor llegue a ti en toda su dimensión. Mañana te llamo. Que descanses mi amor.
-       No Germán, no es… ¿Germán? ¿estás allí? Germán… ¿has colgado?
Efectivamente, él había dado por terminada la conversación y mostraba una alteración emocional que daba un perfil con un grado de peligrosidad medio; Elena se sintió asustada.
El equipo completo, con el director a la cabeza, opinaron que se debía dar parte a la policía, porque los términos en que habló con Elena eran francamente fuera de cualquier persona normal. Su obsesión por ella podía llevarle a tomar cualquier acción, por disparatada que fuese.
No pudieron grabar el programa por lo que quedó suspendido para el día siguiente a primera hora de la mañana.

Elena y parte de la familia no pudieron descansar esa noche, lo que dijeses Germán les preocupaba y con total razón.
Por la mañana a las 6:15 salieron rumbo a los estudios de la cadena televisiva. El marido de Elena conducía mientras ella releía el guion intentando concentrarse en su desarrollo.
Sonó el móvil de ella y sin mirar quién llamaba, respondió.
-       ¿Hola?
-       Buenos días mi amor, ¿has descansado?
-       Eh… hola Germán, por favor no me llames mi amor, no me gusta esto. Voy a colgar.
-       No por favor, no cuelgues necesito hablar contigo…
-       ¿Hola? Germán soy el marido de Elena, te ruego que termine con este jueguecito, no me causa ninguna gracia lo que estás haciendo ni la manera que tratas a mi mujer, así que termina con esto, que ya estoy fastidiado.
-       Hola Agustín, en primer lugar Elena ya no es tú mujer, es mía. Anoche ellos me la han entregado y no te opongas a sus designios porque serás lastimado, e inclusive puedes perder mucho si te mantienes en esa posición. No lo tomes como una amenaza, es una simple advertencia que te hace un amigo, eso es lo que soy ahora para ti, un amigo que no desea que te ocurra nada malo, ni a tu familia; pero debes saber que lo que se decreta en su seno no se puede contradecir, es inútil ir en su contra, lo mejor que puedo aconsejarte es que pienses en los mayores riesgos que pueden correr ustedes si no se cumplen sus mandatos.
-       ¡Tú estás loco! ¿Quién te crees para amenazar a mi familia y a mí? Y más aún, ¿quién eres para dictarme lo que debo hacer? ¿por qué no das la cara y me lo repites?...- Elena le quita el teléfono viendo que su marido va perdiendo su compostura.
-       Mira Germán, lo que estás haciendo no tiene ningún sentido ni justificativo. Termina con este juego y no te pasará nada, lo prometo.
-       Mi amor, ¿tú también me amenazas? ¿no ves acaso que solo hay amor de mi parte? No quiero dañar a nadie, solo deseo lo que es mío y que me ha sido otorgado por ellos…
-       No sé quiénes son ellos y poco me importa, aquí se termina nuestra conversación y no vuelvas a llamarme jamás. No quiero saber de ti nunca más.
-       Estás confundida, sé que ellos ya han hecho que vayas comprendiendo que es a mi lado dónde debes estar. Esperaré hasta mañana como un acto de buena fe y volveremos a tomar contacto, así nos ponemos de acuerdo donde nos vemos. Te quiero, te amo y serás mía, no te preocupes por nada. Todo se arreglará.
-       No iré a verte a ningún lado, esto… ¿Germán? ¿has cortado?...
Regresaron a su casa aterrorizados.
Había cortado nuevamente en señal que era él, el que dominaba la situación. El asombro y el miedo por las posibles consecuencias de sus amenazas, dejaron en shock a la familia. Elena se desplomó en el sofá y rompió a llorar desconsoladamente, se sentía culpable ante la posibilidad de poner en peligro a sus seres queridos.
El director le llamó para saber que ocurría y al ponerse al tanto de la nueva llamada de Germán, decidió dar parte activa a la policía.
Los teléfonos particulares, como los del trabajo de Agustín, los del estudio e incluso el del director, fueron intervenidos por orden del fiscal de turno. El caso tomó carácter oficial y Elena elevó la denuncia de las amenazas y acoso.
Por el momento no pondrían un coche de seguridad para protegerles, pero ante una nueva acción obrarían en consecuencia. Un equipo de expertos en seguimientos telefónicos e informática comenzó a monitorear a la familia.
Ese día, todos lo pasaron encerrados en la casa; la que presentaba desde afuera el aspecto que tomaba cuando salían de vacaciones. La alarma fue activada ante la posibilidad que alguien intentara ingresar sin avisar.
Por la tarde una pareja de investigadores de la unidad de prevención de actos terroristas, se presentaron en la vivienda para tomar una extensa declaración con los testimonios de todos los miembros de la familia, y luego le tomaron declaraciones al director y los técnicos del equipo de grabación del programa; también se llevaron copias de las emisiones anteriores para su evaluación, era posible que el acosador hubiese estado presenciando alguna de las emisiones entre el público del plató televisivo.
Por su parte el director hizo algunas llamadas a personajes influentes para que la investigación, fuese tomada con celeridad y con todos los medios posibles. El resultado fue positivo, y las unidades especializadas se pusieron a trabajar en el caso de inmediato, acompañando a la que ya había iniciado la investigación.
La noche fue espantosa, por el miedo y la incertidumbre de lo que podría ocurrir al día siguiente.

Por la mañana, con claras muestras de haber pasado una noche sin descanso, se prepararon para un nuevo contacto del acosador. Esta vez con un guion dado por la policía, donde se daban pautas claras de las preguntas y respuestas que daría Elena ante una nueva llamada.
A las 10:30 sonó el teléfono, era Germán. Todos se pusieron en alerta y comenzó la grabación de la conversación; Elena atendió lo más serena que su ánimo le permitía.
-       Hola Germán. ¿Qué es lo que quieres ahora?
-       Hola mi amor, ¿has descansado?
-       No, no lo he hecho. Tus amenazas de ayer no me lo permitieron.
-       Me imagino, con todos esos policías dando vueltas, colocando micrófonos y haciendo preguntas no deben haber dejado que descansaras, lo lamento. Pero esto es simple de detener, quedemos en un lugar para encontrarnos y verás que de nada más tendrás que preocuparte. ¿Sí?
-       No Germán, no voy a quedar contigo porque no hay ninguna razón para hacerlo. Te ruego que esto finalice aquí, y tú no tendrás más que un llamado de atención y todo se olvidará pronto.
-       Mi amor, eso no es posible. Ya comprenderás plenamente que lo que ellos dictan, está por encima de la ley.
-       No lo creo, pero tengo una duda ¿Quiénes son ellos?
-       Eso no puedo decirlo.
-       Pero ellos te dominan de alguna manera ¿no? Esto lo haces porque ellos te lo mandan.
-       No, mi amor por ti está antes que ellos me lo dijeran, mis sentimientos nacieron antes, luego ellos me ofrecieron ayuda porque…
-       ¿Por qué?
-       No debo decirlo, es parte de mis convicciones y mi vida privada. No puedo sincerarme contigo mientras estén los policías escuchando y grabando.
-       ¿Ellos saben que se te está grabando?
-       Claro, ellos saben cada paso que doy y cada palabra que hablo. Es parte del acuerdo.
-       ¡Ah! Tienes un acuerdo con ellos.
-       Sí, pero no quiero ni puedo seguir hablando de ellos. No me lo consienten.
-       Claro, comprendo. Ellos tienen control sobre ti.
-       ¡No! no me controlan, solo me ayudan a conseguir lo que más deseo.
-       Allí no te comprendo. Dices que me amas y sin embargo para acercarte a mí has tenido que hacer un contrato con ellos, ¿es que tienes algún inconveniente en presentarte solo, digo… sin ayuda de ellos?
-       No tengo ningún problema, es más he estado cerca de ti muchas veces, solo que tú no sabías de mis sentimientos.
-       Y tuviste que recurrir a su ayuda para que yo los conociera.
-       No, no es así, y no hablemos más de ellos, porque sé bien que intentan hacer, no eres tú quien habla, sino la policía que te va dando indicaciones para esta conversación. Y te he llamado sabiendo que esto es así, te demuestro así que soy valiente y que lucho por nuestro amor sin que nada me asuste ni me intimide.
-       Sí, ya sé que eres valiente, sino no estarías hablando ahora.
-       Claro, tengo que demostrarte que me juego por completo por nuestro amor. Es lo más importante en mi vida.
-       ¿Y no temes que estén ubicando tu llamada?
-       No, para nada. Sé que intentan localizarme, pero no podrán, voy siempre un paso por delante de la policía.
-       ¿Tan inteligente eres? Lo pregunto porque al fin no te conozco, no sé nada de ti. No sé si eres un experto en comunicaciones o un informático, o tal vez hayas trabajado para alguna agencia de seguridad…
-       No lograrás enredarme mi amor, y no me gusta que te estén usando de esta manera. Entiendo que lo hagas por temor a que tu familia sufra algún daño, pero quiero que estés tranquila y confíes en mí. Si las cosas se hacen bien, nada le pasará a nadie y seremos felices.
-       ¿Y qué planes tienes para nosotros?
-       Supongo que te refieres a los dos… los planes son una sorpresa y un regalo que quiero hacerte en persona. Quedemos en algún lugar que te apetezca y te diré cuanto quieras saber, pero solo los dos.
-       Germán, quiero que comprendas una cosa.
-       Sí mi amor. Dime.
-       Si tanto me amas podrás ponerte en mi lugar y entender que para mí, es algo absolutamente nuevo, que una persona me diga que me ama y que quiere estar conmigo; no puedo asimilarlo de un día para el otro, me debes dar tiempo para comprender, analizar, conocerte y hasta enamorarme de ti si se diese el caso. Esto no es ir al supermercado y comprar una relación personal, las cosas no funcionan así. Comprendo que tú hace tiempo que me ves y que te hayas enamorado de mí, pero yo no te conozco, no puedo amar a alguien por obligación.
-       Es muy hábil quién te dicta lo que tienes que decir. Pero ya no hay vuelta atrás, si al menos me hubieses escuchado con este ánimo y si esto fuese totalmente tuyo, te creería, pero sé que la policía está detrás de tu cambio de discurso, por eso no hay nada que pueda hacer. Solo que te prepares para venir conmigo y dejar a tu familia, ellos comprenderán con el tiempo que fue lo mejor que pudieron hacer.
-       ¿Lo dices porque les puede ocurrir algo malo si no son obedientes con tus deseos?
-       No me importa ya si toman mis palabras como amenazas. Que vengas conmigo es un hecho ineludible, si no es porque comprendas lo que hago, será por la fuerza, luego todos entenderán que fue buena la decisión que tuve que tomar.
-       Entiendo que lo que quieres ahora es secuestrarme.
-       No, solo quiero que te vengas conmigo, para vivir nuestro amor plenamente, como tú y yo lo merecemos. Solo a mi lado serás feliz.
-       ¿Y cómo sabes que no he sido feliz hasta ahora?
-       Lo sé. En algún momento dudé, pero luego cuando consulté, supe que no eras feliz, por eso he preparado todo para que tus sueños más caros, se cumplan sin demora ni tropiezos. Solo quiero lo mejor para ti, eres la persona más hermosa que hay en la Tierra, la más pura en sentimientos, la que tiene el corazón más grande. Sé que no eres capaz de odiar, ni de tener rencores, todo en ti es paz y armonía. Y nadie, ni siquiera tu familia ha sabido valorar lo que eres. Ellos son tu sombra, no brillarán nunca por sí solos, porque tú eres la luz que les ilumina. Quiero que sepas que quienes te rodean, solo lo hacen por su propio bienestar y por lo que consiguen a tu lado, porque si de ellos dependiera no serían más que simples hombres y mujeres opacos, sin brillo, fracasados y monótonamente metidos en vidas mediocres. Y yo no deseo la mediocridad para ti, deseo que tú luz ilumine sin ningún impedimento, que cumplas con la misión que tienes por delante. Deseo que seas la máxima expresión de tu persona. Y sé que yo puedo hacer que ese sueño se haga realidad.
-       Has conseguido emocionarme realmente, de verdad te lo digo. Y veo que en parte tienes razón, mis sueños aún no se cumplen, y sigo siendo lo que los demás quieren que sea.
-       Has usado tus propias palabras ahora. Siento que esto no es producto de lo que la policía te dicta. Ahora has sido tú misma y eso me alegra mucho.
-       Es que me has abierto los ojos. No reniego de mi familia, pero comienzo a comprenderte.
-       Debo dejar la conversación mi amor. Te volveré a llamar y que la policía sepa que no me importa que escuchen, no podrán localizar la llamada.
Elena no había llegado donde estaba por pensar de modo simple, en ella había organización y metas claras, las que podía conseguir con solo plantearse el camino a andar. Por lo que no le resultó difícil armar un argumento mientras se dio la conversación con Germán, y aunque no quisiera darle la razón y sus principios fuesen lo suficientemente firmes, algunas de las razones esgrimidas por su acosador quedaron en su interior dando voces de ser escuchadas.
Su familia era el mayor éxito logrado, al menos eso era lo que demostraba ante todo el que se acercara, a este ejemplo homogéneo de agrupación entre padres e hijos; pero subyacía en sus anhelos más profundos algunas otras metas incumplidas y decisiones tomadas con la base de ceder ante determinadas presiones sociales, que fueron frustrando sus ansias rebeldes hacia el sistema. Cuando adolescente dicha rebeldía se notó de manera muy clara, en su vestir, sus amistades, los gustos por la música y las artes; todo contribuyó a que la imagen que proyectara fuese exclusiva y alejada de las modas o tendencias masivas. Ella deseaba ser única entre la mediocridad del pueblo, deseaba destacar por encima de cualquier norma o ley que le reprimiera su libertad de expresión. Pero llegó el amor, los compromisos, los hijos y la sumisión a ser un ama de casa. Como era uno de sus conceptos de vida, si le tocaba en destino ser una señora con hijos y marido, lo haría para que fuese la mejor entre ellas. La afición por las ensaladas solo mostró una punta del iceberg de lo que era en realidad, el posterior desarrollo de una carrera televisiva le daba la oportunidad de volver sobre sus pasos, y que la auténtica Elena resurgiese de entre las cenizas de un fuego que se suponía apagado. Este análisis no escapó a su capacidad analítica, y ahora Germán supo tocar cuerdas que le sonaban a su propia melodía.
Hasta ahora había sido fiel a lo que dictaba la sociedad, pero ¿y sí tenía por delante la oportunidad de ser completamente ella? ¿Qué diferencia había entre las imposiciones que le obligaban a Germán a allegarse a ella, y las que la sociedad le había impuesto para que fuese una madre, ama de casa y fiel esposa? La respuesta estaba en la punta de su lengua, solo había que animarse a decirla y escucharse. El riesgo que corría la ponía entre su plena libertad, y las consecuencias de ser diferente, tal como se había sentido siempre.
Fue este razonamiento el principal motivo por el que pareció ceder a las exigencias de Germán, sin embargo sabía que dejarse llevar totalmente por él, sería el colapso de la familia. Una frase escuchada en sus años jóvenes le conmocionaba el alma, “El éxito en cualquier empresa que se emprenda, lleva una cuota de sacrificio y soledad. Cuanto más obtengas, más has de sacrificar y más sola te encontrarás. Este es el pago por ser diferente.” Lo había dicho un gurú hindú, que impartió un cursillo sobre la Libertad Individual en los años ’70, y no podía olvidar las sensaciones de seguridad personal que le había dado el haber estado en ese lugar, en ese momento de su vida.

Todo esto regresaba a su mente atormentada por los miedos crecidos alrededor de lo establecido, lo que se consideraba normal, correcto y necesario. La lucha entre el “nosotros” y el “yo” había comenzado.
Los investigadores le felicitaron por el aplomo que demostró en la comunicación y le dieron esperanzas que en una próxima llamada, podrían llegar a localizar la fuente emisora y el lugar desde donde se hacía. Por ahora solo tenían un radio demasiado amplio como para emprender una acción de requisa, e identificar definitivamente al acosador. Debían ser pacientes y esperar el siguiente movimiento de él.
Por la tarde varias veces sonó el teléfono pero no era Germán, solo personas que comenzaban a saber que algo se movía en el entorno de la Reina de las Ensaladas y eso no era propicio para la investigación, aunque sí para los propósitos oscuros del acosador.
A las 4 de la madrugada volvió a sonar el teléfono, era Germán.
-       Hola mi amor, perdona por la hora intempestiva, pero creo que el factor sorpresa está de mi lado. Quiero verte hoy sin falta, espero que te hayas decidido ya.
-       Hola, no son horas de llamar.
-       Sí, ya lo sé, pero para el amor no hay horarios y sentí que debía hacerlo.
-       Pues no estoy de acuerdo con lo que sientes, son las 4 de la madrugada.
-       Lo siento, te he despertado, pero hasta que la policía ponga a funcionar los escuchas, podemos quedar en el lugar y hora, por eso mi apuro en pedirte una resolución.
-       No puedo a estas horas pensar con claridad, creo que es la lógica que manda.
-       Ellos también reclaman que resuelva esta situación, no quieren que se extienda por mucho más.
-       Pues poco me importa a esta hora quiénes te reclaman algo, no es forma ni el horario para tratar estas cosas.- Elena intentaba dar largas para que se pusiera en marcha el operativo; su marido había ido a comunicar a los agentes de la nueva llamada.
-       Me quedan pocos segundos, ¿te parece bien en el McDonald del centro comercial a las 11 de la mañana?
Elena sin el agente que le asesorara debía tomar una resolución.
-       No me parece bien. A esa hora tengo un par de compromisos con el estudio, casi seguro que estaré grabando apresurados por las pérdidas de tiempo, gracias a tus llamados.- el tono de Elena demostraba fastidio.
-       No te pongas así, sabes bien que es por nuestra causa que lo hago, por que seas feliz de una buena vez, que destapes todo tú potencial y brilles con luz propia.
-       Muy lindo lo que propones pero no estoy dispuesta a sacrificar mi matrimonio y mis hijos, en una aventura propia de locos irresponsables.
-       ¡No estoy loco y menos soy irresponsable!- el tono de Germán por primera vez perdía su amabilidad.- te ofrezco lo que más deseas y me llamas loco, no lo consiento.
-       Poco me importa lo que consientes o no, si ellos te dirigen o si tienes esquizofrenia, mi vida no tiene quién le mande y marque un rumbo, soy libre de hacer y deshacer; mi respuesta es no a todo lo que propones.
-       Te estás enojando conmigo. Eso no es bueno. Ellos no quieren verte fastidiada. Debes terminar por entender que solo quieren nuestra felicidad.
-       ¿Y qué les importa nuestra, o mí felicidad a ellos? Ya me estoy cansando de escuchar decir de ellos, que quieren y qué no, yo no soy una marioneta de nadie, que lo sepas.
-       Ellos desean lo mejor para nosotros, siempre y cuando estemos juntos.
-       Te repito que me he cansado de escuchar de ellos. O me dices quiénes son y por qué les debo hacer caso o todo se terminó, te bloqueo y no sabrás de mí nunca más. Sabes que puedo hacerlo.
-       Eh… ellos son mis amigos, mis consejeros.
-       ¿Qué te dejas llevar por tus amigos, tienes tan poca personalidad?
-       ¡No! ¡Qué va! Ellos son amigos especiales, no son los amigos comunes que podemos tener, ellos tienen poderes especiales, se meten en las mentes de las personas y si les abren un camino, te orientan para que seas feliz.
-       ¡Ah! Ahora entiendo, son tus ángeles guardianes, son de otro mundo.
-       Bueno… en parte sí, son de otro mundo y se comunican con los más sensibles, con los que quieren mejorar sus vidas, los que tienen sueños sin cumplir. Yo acudí a ellos porque no sabía cómo demostrar lo mucho que te amo. Ellos me ayudan en encontrar los medios para hablarte, sin tartamudear, sin sentir vergüenza ni parecer un idiota, me dan sus fuerzas para ser como soy y me muestro, por eso sé que harán contigo lo que más deseas, ser tú misma.
-       ¿Y tomaste contacto por medio de alguien? ¿O aparecieron después de algún rito que tuviste que hacer?
-       No puedo decirte más, ya me he ido demasiado lejos en las explicaciones, me están regañando ahora mismo. Te dejo porque quieren hablar seriamente conmigo, adiós mi amor, luego te llamo.
-       Espera, no cortes. ¿me oyes? ¿Germán? ¿Hola?
La comunicación se vuelve a cortar. Los agentes le hacen señas que ya no está en la línea, pero se les ve satisfechos con la conversación.
-       Señora, hemos adelantado mucho en esta conversación, no solo hemos acotado mejor la zona de la emisión, sino que él ha develado algunos patrones que son vitales para entenderle.
-       Comprendo, pero esto me está desgastando y mucho.
-       Lo entendemos, pero lleva un tiempo analizar y acotar todas las variables, estamos trabajando lo más rápido que podemos. Hay algo en todo esto que ha ocurrido, que nos indica que posiblemente él sepa de nuestros movimientos, los de todos de la familia, como si estuviese muy cerca o viéndonos, por lo que pediremos refuerzos para determinar mejor desde donde opera. Podría ser muy cerca de aquí.
-       ¿Cerca de aquí? eso quiere decir que nos puede estar observando… inclusive escuchándonos.
-       Todo es posible, pero no saquemos conclusiones apresuradas. Permítanos analizar el material que tenemos. Ya le informaremos. No estarán solos en ningún momento, pierda cuidado.
-       Hoy tengo que ir a los estudios, habrá gente. ¿Tendrán el acceso controlado?
-       Por supuesto, nadie ingresará a los estudios o el plató sin ser debidamente identificado, es posible que él acuda y también que intente comunicarse nuevamente.
Elena con su familia, se desplazó hasta el sitio de rodaje con la custodia de un coche policial sin señas.
Al llegar el director tenía todo dispuesto para comenzar. Elena y los que intervendrían, su hija Carmen y su marido Agustín fueron a un camerino y ella a otro. El agente, que se identificó como el responsable del operativo, le informó que los asistentes al plató y los técnicos habían sido identificados y que no se halló nada anormal. Elena más tranquila se preparó para la entrada al escenario, hoy tocaba hacer una ensalada tibia con ingredientes que se consiguen fácilmente en las tiendas de los barrios, simple pero muy elaborada. La preparación y emplatado llevaría los 38 minutos establecidos.
Estaba programado que Agustín apareciese en el último tramo de la grabación, como si estuviese llegando de trabajar, y hallara a su mujer e hija en plena tarea de preparar la mesa con la ensalada como centro de ella. Halagaría a ambas y se dispondría a comer tal si fuese su casa en su vida cotidiana.

El programa comenzó con una Elena radiante poniendo su mejor sonrisa al estilo de Julia Roberts, llevaba el mismo peinado que la actriz y la vestimenta hacia juego con la imagen que representaba.
Agustín se quedó en el camerino repasando algunos papeles que debían firmar después de la grabación. El resto de la familia formó parte del plató de invitados.
Mediaba la tarea de Elena en su simulada cocina, todo estaba saliendo con normalidad y ella se desenvolvía con total naturalidad, nada hacía pensar el inmediato drama que vivirían.
Colocó los trozos de queso suizo en una placa de horno para darles un rápido tostado por fuera y mantener la cremosidad por dentro. Cortó las hojas que servirían de base para el emplatado mientras Carmencita preparaba os ingredientes de las tres vinagretas que acompañaban el plato.
De uno de los laterales del escenario un técnico dio la señal avisando que una de las cámaras libres que seguían los movimientos de ellas, se había trabado en el riel por donde se desplazaba. Casi todos pusieron la mirada en el artefacto averiado.
En ese preciso momento, desde el lateral opuesto, salió un hombre vestido con ropa militar de fajina. Saltó por encima de la valla de seguridad y tomó por la cintura a Elena.
-       ¡Que nadie se mueva! ¡He dicho que nadie se mueva! ¡Usted, tírese al suelo y extienda sus brazos y piernas! ¡Hágame caso, extienda sus brazos y piernas! ¡No lo vuelvo a repetir!- el agente de seguridad le obedeció.- ¡a ver, usted el cámara; desarme al de seguridad y tire a mis pies el arma! ¡Vamos, ya!- el camarógrafo desarmó al agente y deslizó el arma a los pies del hombre, tomó la pistola y le sacó el seguro.- ¡Ahora que nadie haga nada, la vida de la señora está en juego, un solo movimiento en falso hará que esto se desmadre… y podrán atraparme, pero la señora tendrá un tiro en su cabeza! ¡Ustedes eligen!
Todos inmovilizados entraban uno a uno en consciencia de lo que ocurría. Una mujer comenzó a gritar presa del miedo.
-       ¡Cállese! ¡Que alguien le tape la boca, no soporto esos gritos, ya!
Una mujer joven se aproximó a la que sufría el ataque de nervios y la abrazó para que se calmara, pero lejos de hacerlo, gritaba cada vez más fuerte. El hombre se tapó con la mano que tenía el arma, el oído derecho, mientras seguía sujetando a Elena con la izquierda.
El ataque de nervios de la pobre mujer del plató fue providencial, el hombre no se percató del golpe que recibía en la cabeza con una silla.
Agustín había salido del camerino cuando escuchó las primeras órdenes que dio, de inmediato tomó una silla del decorado y al ver al agresor aturdido por los gritos no dudó en partirla sobre el cuerpo de este. Elena cayó junto a él, y el guardia de seguridad con suma rapidez despojó del arma al hombre, apartando a ella de su lado. Varios hombres cercanos a él, se abalanzaron y le sujetaron fuertemente.
A los pocos minutos la policía ingresaba al escenario y se hacían cargo de la situación.
Poco después dos ambulancias arribaban para atender a Elena, al agresor y a las personas que sufrían ataques de ansiedad por los momentos vividos. Agustín estaba abrazando a Elena y a sus hijos.
Todo ocurrió casi en el mismo tiempo que tardo en describirlo, solo segundos que significaron una tensión impresionante entre los que allí estaban.
Sin lugar a dudas el hombre que intentó la agresión contra Elena no era otro que Germán, aunque ese no era su verdadero nombre, se llamaba Alberto Ortiz de la Fuente, de 38 años, con varios ingresos en el Hospital Psiquiátrico por depresión aguda, episodios de delirios, intento de suicidio, y esta vez había ido más lejos, al acoso e intento de secuestro de una persona reconocida públicamente. En las declaraciones que se pudieron escuchar de su parte ante el Juez, alegó que todo lo hizo de acuerdo a las órdenes recibidas por entes inmateriales que se presentaron ante él, en momentos de depresión debido a sentimientos amorosos que tenía hacia la conductora del programa, La Reina de las Ensaladas. También aportó que junto a esas órdenes y sugerencias dadas por los seres invisibles, le proveyeron del material necesario para poder comunicarse, saltando los controles policiales en los teléfonos, como así también de una plataforma con la que podía viajar a un mundo paralelo en el que planeaba vivir con Elena. En la requisa que realizo la policía de su domicilio se hallaron algunos artefactos de origen desconocido que fueron remitidos a la Universidad para el estudio de ellos, no encontrando en ellos, sus funciones y marca alguna que indicara de donde procedían. La investigación sobre estos artefactos ha quedado abierta hasta que haya un dictamen técnico de su análisis y composición. Germán o Alberto Ortiz de la fuente está detenido sin fianza, hasta que el juez emita su entrada en juicio del expediente. La detención se realiza en un centro psiquiátrico de alta seguridad, medicado y bajo un estricto control por temor a que atente contra su vida. Se encuentra en un estado de depresión profunda.
Hubo una segunda y tercera comparecencia ante el juez que se rotuló de secreta, de las que no ha trascendido el contenido de las declaraciones.
A fines de la siguiente semana, la grabación retomó el trabajo nuevamente.
Elena tomó la receta que había quedado trunca por los acontecimientos ocurridos, y hasta más allá de la mitad del desarrollo todo fue como si nada hubiese pasado. La naturalidad con que ella actuó era realmente de una profesional. La elaboración no tuvo mayor complicación y se preparaba para hacer la base de la fuente donde estaría su creación.
-       Carmencita hija, por favor lava con un agua rápida las hojas de la lechuga crespa y tráela.
-       Sí, ya mismo te la alcanzo.
-       Ahora, una vez que disponemos esta saludable lechuga crespa a modo de base, las hojas bien abiertas… así, de este modo para que puedan contener al resto de los ingredientes. Colocamos el mix de hojas al que le hemos dado un golpe de congelador en el centro, los tomates cherry que habíamos salteados los disponemos en forma de corona. Esta será la corona de una reina de la mesa, una reina que no abdica a su trono.- dejó lo que estaba haciendo y dirigió su mirada a la cámara, el director de grabación dio la orden de seguir adelante con la emisión. Algo había en sus ojos que no era normal.- porque cuando se llega a un determinado estatus de auto-realización, en el que has dado todo por todos, cediendo, concediendo, consintiendo, buscando agradar y solo agradar a tu entorno para que te valoren y acepten como eres, no puedes abdicar, no puedes por ti misma dejar el sitial y jubilarte de lo que eres en sí. Una reina que ha hecho de su vida una vocación de servicio, obligada por la sociedad en que vives, no renuncia y deja que otro goce de los logros obtenidos. Una reina que a sus súbditos trata como la especie única, como los mayores personajes de una bella historia, a los que les brinda todas las posibilidades a su alcance para que se vean realizados, completos, saciadas sus ansias de crecimiento personal, se le debe reconocer en vida lo que ha hecho y no esperar que se la mencione una vez que se vaya, como la persona buena, agradable, amable y considerada que fue. A una reina se la apoya en sus deseos así como ella lo hace con los que su grey tiene; detrás de toda reina hay una mujer que también sueña, reflexiona, piensa, siente, desea, una mujer que deja todo eso por cumplir con un rol que le es impuesto, obligadamente impuesto… una reina no es un título más, es el máximo que se le da a quién da por sentimiento, pero sigue siendo un ser humano con sus apetencias que ha dejado de lado por los demás. Tal es el acto que conlleva su misión, el de servir siempre… sin embargo cuando se ve a una de ellas nadie se detiene a pensar cómo es en su interior, qué siente, qué ha dejado de lado para llegar a sentarse en ese trono, nadie pregunta si ella está conforme consigo misma, nadie se preocupa por sus íntimos sueños. Solo se le exige que cumpla con la tarea que tiene por delante. Desde aquí hago un llamado a todas las reinas del hogar, esas que son tan felices porque sus familias son perfectas, esas que sus maridos halagan por lo bien que han hecho una ensalada o planchado la ropa, esas que sus hijos son los mejores debido a su constante vigilia y compromiso, esas reinas sin coronas, a ellas le digo que no continúen con la agobiante tarea de ser perfectas, a ellas les animo a que dejen de preocuparse si la camisa blanca del niño o la falda de la niña está correctamente planchada, les animo a que abandonen, abdiquen de su reinado, entreguen el mando de la excelencia a quién sea y libérense, sueñen nuevamente, cumplan con aquellos anhelos que se incrustaron en sus almas y no que no vieron realizados. Les animo a que desarmen esas perfectas organizaciones que son las familias, destronen al marido proveedor, a los hijos dependientes de los padres, destruyan los antiguos preceptos de eso que han llamado la célula social. La familia tal como la conocemos debe desaparecer, no doy ideas de cuál es la mejor fórmula para que gocen de sus interesen comunes, no sé qué tipo de organización hay que implantar, pero sí que sé que esta no es la mejor ni la verdadera. La familia, queridas exreinas, debe dar paso a otro escalón en la evolución de las personas. Experimenten, jueguen con las posibilidades, desháganse de los antiguos conceptos, sean sinceras y auténticas. Me dirán que la Gestalt es la próxima organización… no sé si es así, solo sé que este sistema se acaba, está obsoleto, ha muerto y nosotras no lo haremos con él, nosotras estamos vivas y como tales somos responsables de establecer las nuevas normas, el nuevo sistema, la nueva organización humana. Para eso hemos sido llamadas, para producir el cambio que el hombre no se anima.
El público, la mayoría femenino, tardó en comprender el giro que tomaba el discurso. Al fin se pusieron de pie y aplaudieron con fuerza y sin descanso por varios minutos.
Ella radiante, encumbrada en sus conceptos, alzó los brazos en señal de agradecimiento.
La emisión llegaba a los 38 minutos pactados; el director dio una orden:
-       En primer lugar, este material no sale de aquí y nadie está autorizado a decir una sola palabra de lo que aquí ha sucedido. Mañana emitiremos el programa completo, sin cortes, sin anuncios, sin nada que haga prever lo que sucederá.  La Mesa Ejecutiva ha sido convocada para el caso y con urgencia, busco en ello el soporte de lo que haremos en adelante. En segundo término les digo que, hemos sido testigos de los argumentos de una mujer que el día de mañana liderará, no tengo dudas y aprovecharemos esta ocasión en su máximo contenido. Quiero para primera hora un detalle de todo lo que se puede reeditar, una agenda de entrevistas para Elena tras la emisión, quiero que ella no dé un paso sin que la sigamos y corroboremos que lo dicho tiene un fundamento real. Haremos de Elena, una líder indiscutible, no me importa el coste, ella será un ejemplo del que sacaremos los mejores rendimientos. Señores este es un evento único por lo tanto les pido la mayor de las colaboraciones. ¡Hala, a trabajar! Que tenemos que crear sin pausa, la próxima Evita europea.
El director dejó la reunión con su equipo en plena deliberación, y fue directamente a la sala de la Mesa Ejecutiva que conducía la cadena de multimedios.
-       Buenos días señores.- el director se dirigió a nueve ejecutivos convocados.- agradezco que hayan acudido a mi llamado, les he hecho venir de urgencia para plantearles un descubrimiento que hará que la cadena supere a cualquier otra de la competencia. Tenemos en las manos un chollo llegado del cielo…

El Guia le preguntó a su discípulo:
-       ¿Qué necesitarías para sentirte libre completamente?
El discípulo pensó por un momento mirando el horizonte que se extendía a su frente; desde allí, en lo alto de la montaña se podía apreciar todo lo que había hasta la fina línea que divide el cielo y la tierra.
-       Maestro, necesitaría un par de alas. Con ellas volaría hasta dónde no se ha llegado y me sentiría libre.
-       ¿Completamente libre? ¿sin condicionamientos?
El discípulo volvió a meditar y al cabo de unos minutos le dijo:
-       ¿Se puede ser libre de todo condicionamiento Maestro?
-       Generalmente no acepto una pregunta por respuesta, pero esta vez sí lo haré. No hay libertad completa en la tierra, no la hay en el aire ni en el mar, siempre habrá algo, alguien que ponga límites y manipule la libertad que creas haber alcanzado. Solo después de nuestro paso por aquí seremos más libres, pero aun así, solo más libres. El sueño de la libertad completa está en algún lugar más allá del Universo al que pertenecemos.
El discípulo bajó su cabeza, pero no era en señal de comprensión del concepto, sino en resignación por haber creído que la libertad soñada era posible.



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