El mensaje no siempre es interpretado como ha sido enviado y la respuesta de parte nuestra puede ser equivocada y contraproducente. Comprender que no todos están preparados para escucharnos es la primera regla del diálogo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Parábola del Ermitaño

Voltaire y la Masonería

Prohibido menores de 18 años. Hablo de Sexo

OCLOCRACIA O EL PODER DEL VULGO ESTÚPIDO.

La Palabra Hiriente: el Insulto

LOS INSULTOS (1º parte)

Mente, Corazón y Espíritu. Buscando el Alma.