Los consejos de Don Lapa
Relato ficción de pequeño formato.
Consejos del Maestro Don Lapa
EL
QUE ESCRIBE
Consejo
del Maestro de Lejos Del Problema Pero Cerca De La Solución. (Para abreviar el
Maestro ha aceptado que le llamen cordialmente Don Lapa que nada tiene que ver
con la línea aérea, aunque él ande por allí volando de vez en cuando en sus
viajes astrales) (Perdón con mi insistencia en las aclaraciones pero es que
después vienen las preguntas indeseables, pero dije astrales y no australes,
esos son otros viajes que el Maestro no suele hacer, por eso de andar con mucho
equipaje; él es de ligerito de ropas)
Bueno,
estos son los Consejos de Don Lapa para cuando uno se mete a eso de andar
salvando gente a medida que camina por esta senda tan caprichosa y tuberculosa
en que nos han metido a senderear.
Para
animar la cosa le he pedido a un buen amigo que haga de prefacio y de
comentario a estos consejos, así que ya somos tres en este escueto escrito, El
Maestro Don Lapa, mi amigo El Águila (le decimos así por su agudeza en la
mirada, capaz de ver a mil metros) y el que transcribe todo esto.
Como
corresponde a estas alturas de cualquier escrito les dejo entre las plumas de
mi amigo, el Alimoche. (Cariñosamente aunque sé que es bajarle la
categorización en la escala aviar y llevarle a una falconiforme de 1,50 metros
de envergadura en comparación de los 2 metros y chirolas de un Águila Ibérica,
pero hay una característica interesante, el Alimoche es un ave migratoria y
este, mi amigo, es un ser migratorio. Todo tiene un porqué bajo el sol, nada es
casual.)
EL
ÁGUILA
Soy
el Águila y mi vuelo es tras el que ya comenzó a volar antes y del que solo
conozco la estela en el cielo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9IPbtoO8OYFa1EOQxE77kH1TJ9pUApjCvS39zDUMggLHofhGRXkv2A-98sppe782T3InuFDXmO_ZRNfNCIakjZKhovwBlvFohBeI4_IHBMRa4kX_mQWxWIjTurHGJ0MMCnYggS9sHjRYu/s320/sombra+de+%25C3%25A1guila.jpg)
CONSEJO
Y COMENTARIO
Cuando
uno se enfrenta a una situación en que está comprometido por sí mismo a ayudar
a una persona o más de una, sea esta una familia o un grupo, haya lazos fuertes
o débiles que les una, indudablemente que anteriormente ha pasado por un
proceso largo y complejo, único y personal, siempre difícil de explicar o de
contemplar en un escrito por más que este pueda contener miles de páginas y
millones de caracteres. Ese proceso ha sido propio, lleva en sí cargas que
corresponden a las vivencias, a las enseñanzas maternas, paternas, filiares,
escolares, extraescolares, a las experiencias y sus diversas formas en que
impresionaron nuestro carácter, la herencia en la personalidad y las influencias
hacia ella por parte de nuestro entorno más cercano en nuestros primeros siete
años y unas cuantas cargas más que sería largo enumerar y fastidioso, al fin no
harían más que decir que sabemos que lo externo, lo que traemos como herencia y
lo inmediato son lo causante de nuestras reacciones, los famosos y nunca bien
ponderados: PARADIGMAS. Con ellos puteamos cuando nos putean o respondemos con
una caricia cuando nos acarician; con ellos recurrimos a los bancos de imágenes
que guardamos y armamos el futuro; con ellos tropezamos con la misma piedra
doscientas veces y no lo hacemos más porque seguro que otro más pelotudo que
nosotros, se la llevó puesta de tal manera que la desvió de nuestro camino y
ahora hay un montón que está dando con ella.
Y
justamente esto es el primer problema que tenemos y al que se refiere el
Maestro Don Lapa.
- Es un buen día para pescar en el río.
Nunca pesques dos veces en el mismo lugar ni de la misma manera, porque los
pescados te miran y aprenden. –
La
ruptura de los paradigmas es la manera en que podemos enfrentar los problemas
sin que los problemas nos superen y sobretodo que estén por delante de
nosotros.
Es
interesante lo que dice: “es un buen día” significa que nunca un problema es
igual a otro, no debemos tomar las soluciones de otro para ajustarlo a este
nuevo problema, ya allí avanza en la enseñanza; habla de pescar porque debemos
considerar algo muy lógico y crudo a la vez; esto que voy a decir no le cae
bien a nadie, por lo tanto si se enojan, está bien, no sigan leyendo y tiren
este papel en algún lugar donde otro pueda leerlo, tal vez a ese otro le sirva.
Sigo
y reitero que quizás no le guste (ya fue advertido dos veces, luego no me joda)
El
ser humano tiene en su cerebro capacidad para pensar en casi todas las cosas,
pero solo tres lo motivan. Solo tres y no es broma. Le motivan que comerá, con
quien copulara y donde defecara, nada más. Esta comprobación es algo
científicamente comprobado, pueden buscar en el bienamado Google, clicar Eduard
Punset, luego buscar Redes y allí preguntar sobre pensamiento humano, indaguen
y encontrarán que investigaciones realizadas con la mosca de la fruta
determinaron que las necesidades de reproducción, de alimentación y de
expulsión de los residuos, eran las funciones por excelencia que el
protocerebro de los primero invertebrados hasta el mamífero evolucionado del
ser humano tienen como prioritarias. ¡¡Gracias mosca de la fruta!! (Siempre nos
hace quedar muy bien, si no es por su aplicación en investigación, lo es
cagando los frutales de Mendoza)
Y
así es que el Maestro habla de pescar, porque el acto de buscar alimento es una
de las tres funciones primarias de nuestro cerebro en cuanto a su cuadro de
importancias.
También
el Maestro se adelanta a muchas cuestiones con esto de pescar y las tres
funciones básicas, porque Él está hablando de los problemas y sabe a los que
usualmente nos podemos encontrar o mejor dicho los de mayor incidencia y si se
ponen a pensar con cuidado verán que detrás de cada cuestión terminarán en que
la raíz era una de las tres funciones y una de las mayores en estos tiempos es
la falta de alimentos; por eso se roba, se mata, se prostituye, se defrauda, se
producen malos contratos y malos convenios, se faltan confianzas, se destruyen
amistades, matrimonios, sociedades, negocios, se hacen trizas ídolos y caen
hasta ayer honestos personajes; solo por los alimentos, unos por obtenerlos,
otros por comprarlos o venderlos, unos por acapararlos y otros por pura
avaricia.
El
Maestro más adelante dice “nunca pesques dos veces en el mismo lugar ni de la
misma manera, porque los pescados te miran y aprenden”; en esta parte Él
complica el consejo, dice por un lado que no se debe hacer la acción igual dos
veces y eso atañe a lo que decía anteriormente, romper el paradigma que dice
que si la solución X me sirvió para solucionar el problema Z, también lo será
para este nuevo problema Y; y no es así, las soluciones no son trasladables, ni
tienen en sí cláusulas que las hacen ajustables tipo velcro (si no me va esta
talla, corro el velcro y me entra) aquí ni con dieta ni con cinturón
vibratorio, es comenzar de cero en cada caso. Para el problema Z la solución X
y para el problema Y la solución Q que será nueva y única para él.
Ahora
también dice en primer término algo interesante, “nunca…. dos veces en el mismo
lugar…..” esto es muy claro; cuando hayas dado una solución y esta se haya
aplicado, sea cual fuere el resultado, no regreses sobre tus pasos. No insistas
en mejorar o en hacer innovaciones, olvídate de lo que hiciste, fuere cual
fuere el resultado alcanzado. ¿Recuerdas la mujer de Lot, el de la Biblia, esa
que no le hizo caso al marido y que cuando dios andaba destruyendo la ciudad a
troche y moche, dándole para el pelo y la barba a cuanto hijo’eputa encontraba
suelto y se quedo todita hecha de sal gruesa? Bueno, piensa que tienes un
mandato igual, que si regresas aunque sea a tomar un mate o a saludar, te
convertirás en sal o algo peor…… en botox que aplicarán luego en los labios de
Cristina Fernández de Kirchner por ejemplo (bueno imagino que eso es como arder
en mil infiernos, aunque según dice el Maestro el infierno no es otra cosa que
la necesidad del ser humano que no comprendió ni jota de lo que tenía que hacer
aquí, porque no hay cielo ni infierno, hay lo que hay y nada más, está esto y
aquello y para qué queremos más) Bien al fin si tu destino no quieres
convertirlo en un frasco de sal gruesa que ornamente un asador de la costanera
o en una jeringuilla de reluciente botox que se pasee por los dorados salones
de la fama, no regreses por donde tus pies pasaron.
Esto,
todo siempre apunta en su interior a romper con lo que sabemos, a descartar lo
aprendido y me dirás, me preguntarás a esta altura:” ¿Para qué mierda tuve que
aprender si luego tengo que olvidar?” ¡¡¡Muy buena pregunta!!!!
Pues
…… no sé …… je, sería una buena respuesta también, pero no, todo tiene una
razón; todo cuanto aprendemos tiene un grado de experiencia, es como el
ladrillo de una pared si tu miras atentamente y te pones en el lugar de cada
ladrillo (y seguro que ellos se lo deben haber planteado alguna vez, porque los
ladrillos no son tan tontos como parecen) dirás que el ladrillo que está en
contacto con el hormigón de los cimientos y el que está en la última hilada, en
contacto con la losa del techo se deben sentir importantes, esos son verdaderos
ladrillos, pero que serían ellos sin los que están de por medio, nada. Cada una
de nuestras experiencias aporta conocimiento y amplitud en nuestra manera de
pensar; si al proceso de aprender le agregamos el de desaprender, completamos
un círculo y sacamos todo aquello que fue lo anecdótico y queda el conocimiento
puro que se sumará al nuevo conocimiento al volver a aprender. Allí está la
razón para no volver al mismo lugar, no repetir soluciones, no ser igual todos
los días y sobre todo a la parte final del consejo del Maestro “porque los
pescado te miran y aprenden”
Aquí,
estas siete palabras encierran mucho; en un comienzo del consejo el Maestro
habla de pescar, de no hacerlo en el mismo lugar, se supone que seguirá
hablando de seres vivos, pero gira y habla de pescados, seres muertos; no habla
de peces sino de pescados, es muy claro y luego agrega como contradiciendo “te
miran y aprenden” y me preguntarás y me pregunté: ¿Cómo un pescado, muerto,
mira y aprende?
Luego
comprendí; los pescados no son los peces que vas a pescar, sino que son los que
has pescado, son tus experiencias, lo que ya has hecho, tus anteriores pescas
las que resultaron malas o buenas, las que no debes tomar en cuenta, solo toma
la de ese día, como nueva pesca, con nueva energía, con nueva manera de
enfrentar la tarea, nunca repitiendo, siempre renovando, siempre rompiendo
paradigmas y desaprendiendo para aprender de nuevo.
Esa
es la actitud con que enfrentamos un problema, sin carga en la mochila porque
no hay, vamos a que la vida nos asombre, vamos desprovistos de barreras y de
armas, desarmados porque nada nos puede atacar, vamos sin miedo porque no
tememos nada, vamos de pesca porque es un buen día para pescar.
Recuerdo
una época en que estaba tan enojado que a mi paso dejaba una estela como dejan
las barcas en el mar. Muchas mañana en que miro como los pescadores, ahora en
este exilio forzoso por amor incondicional y exuberante, estas vacaciones
interminables que la vida me regala para que tape mi boca mientras el dolor se
agiganta, muchas mañanas decía, miro absorto las estelas de agua sin espuma que
dejan las barcas pesqueras y por las tardes las vuelvo a mirar pero esta vez
vienen perseguidas por una nube de alas blancas y grises que revolotean
jugueteando entre los aparejos de la barca y la estela, picotazo y aletazo para
engullir una sardina o una puntilla y pienso, cuando estaba enojado pasaba como
dicen que pasaba Atila, que vaya a saber cómo era el caso si por su fiereza o
por su olor (vivía arriba de su caballo el buen hombre), la cosa es que tras sí
dejaba un pasadizo que ni el pasto crecía. Tal era el enojo que cargaba.
Recuerdo haber roto una mesa con solo amagar romperla, el resto lo hizo la ira;
también cierta vez me avisaron estando en mi oficina, que una máquina de
importancia en la producción, había dejado de funcionar y no hallaban el
desperfecto, por lo que me rogaban que bajara al primer piso a ver qué podía
hacer; con mi ira por delante y por detrás bajé en un rayo y cuando estuve a
cuatro metros de la máquina, sola comenzó a funcionar. Hace relativamente poco,
unos cinco mese por casualidad me comunique con un amigo que sigue trabajando
en esa empresa y me dijo que tenían un problema que no sabían cómo solucionar,
aquella máquina no la supieron nunca hacer que dejara de funcionar. Era mucho
el enojo hasta que un día me pusieron un palo en la rueda de la vida y yo que
iba pedaleando a más no poder, me di de narices en el suelo; tres meses para darme
cuenta que estaba quieto. Fue muy duro comprender que el mundo siguió
funcionando sin mí.
Entonces
fui a mi casa y me puse a jugar con mis hijos.
La
ira, el enojo y todas esas porquerías se fueron porque me volví un aburrido.
El
Maestro Don Lapa, nos dice como hacer que las cosas no nos toquen tan
profundamente al punto de amargarnos y quitarnos la visión de lo que estamos
haciendo. Bueno es lo que entiendo que me dice cuando suele pararse en alguna
de sus caminatas, se pone tieso, recto como un palo seco y te manda el consejo;
tienes que estar atento porque no te lo va a repetir ni aunque se lo pidas de
rodillas, a veces he pensado que es sordo, pero no, oye muy bien.
- Cuando aquí no había nada, los dioses
venían a jugar y fue jugando que aprendieron a formar los mundos. Ellos nunca
han dejado de jugar, porque nunca han dejado de aprender.-
La
primera vez que le escuche al Maestro, tomé literalmente sus palabras y terminé
con mis huesos en la comisaria del pueblo, aturdido por los palos del sargento,
que como era su costumbre los martes por la noche, había recalado en el boliche
Los Mineros, cueva infesta en la que recalaban la totalidad de los borrachos de
allí; tan era así que las mujeres que sabían de los etílicos gustos de sus
consortes, no necesitaban alarmarse, ni andar preguntando casa por casa si
habían visto a su media naranja, solo se encaminaban a la porqueriza que
llamaban bar y recogían el “paquete”, perdón, el marido en el estado en que
estuviese; allí y de servicio según argumentó en su parte, estaba el sargento
cuando me vio pasar en pelotas agitando un ramilletes de albahaca en flor, cual
poseso cantando una chacarera del monte, esa que se afincó en el gran chaco con
el aporte del violín principalmente. Claro, el Maestro había dicho palabras más
palabras menos, -“Desnudo a medianoche, la albahaca me dice entre mezclada con
la chacarera del monte, como el olvido llega a todo mortal”- Y literal salí a ventilar mis impudicias
buscando olvidar a esa niña que me hacía imposible conciliar el sueño; al fin
pienso ahora, el Maestro consiguió su propósito, pues los palos del sargento
hicieron que maldijese a la púber hasta que los moratones fueron una anécdota.
De
allí dos cosas aprendí, ni ira ni literalidad. Y menos con cosas del Maestro.
En
este consejo el Maestro comienza situándonos en un tiempo muy remoto, un tiempo
en que estaba todo por hacer, personalmente no me hubiese gustado estar allí,
no soy de esos de estar armando cosas y de haciendo pastones de cemento o
jodiendo con barro y paja, como que nunca me salió un solo muñequito de
plastilina y se parecían más a engendros antinaturales, propios de mentes
enfermizas y retorcidas que a angelicales figurillas hechas por las manitas de
un niño; las maestras de parvulario creyeron que estaba endemoniado y me tenían
ojeriza; fue un alivio cuando pasé a los grados superiores.
Ese
tiempo primigenio en que nada estaba hecho, los Dioses parece ser eran jóvenes
o chicos, niños, acostumbrados a hacer cosas propias de niños, que son las de
buscar un solar y jugar a sus anchas, nada del otro mundo……. Bueno en ese caso
no sé cómo sería. Pero la cosa es que eran chicos, como para que se cumplieran
las leyes naturales que ordenan este universo donde todo comienza en algún
lugar, crece, se desarrolla y al fin se muere o se transforma para volver a
recomenzar en otro ciclo, pero esa es otra historia.
Ellos
cumpliendo esas leyes jugaban mientras aprendían formando los mundos, en esto
el Maestro es claro, nos da la certeza que todo obedece a las leyes naturales y
eso debería ser una tranquilidad para nosotros y para nuestros anhelos y
desesperaciones; un punto interno que me gusta destacar es que el Maestro
menciona una distancia; los dioses niños venían aquí, donde no había nada, a
jugar y a formar mundos; eso quiere decir claramente que no dejaban de
pertenecer a otro lugar; ese lugar donde estaba todo formado, donde ya había un
orden y de donde ellos sin duda tomaban el ejemplo para las leyes y normas de
sus juegos y para aprender a formar mundos. Lo interesante de este fragmento es
que enseña la distancia como una necesidad en el aprendizaje y también en la
efectuar la formación de mundos, que no debe haber sido moco de pavo.
A
veces me pongo a pensar en lo que dice el Maestro desde otro punto de oído y digo,
quizás sea todo cuento lo que dice, quizás sean fábulas que se las inventa en
el momento y lo dice serio como perro cagando bajo la lluvia… ¿han visto un
perro evacuando sus intestinos bajo un aguacero? ¿No?, bueno, el animalito
trata de que la evacuación sea lo más rápida posible por lo que se encoje de
tal manera que las patas traseras casi terminan por delante de las manos: la
cabeza la ponen erguida por el apriete y tiran las orejas hacia atrás lo que
agrandan los ojos al estirarse el cuero; como la posición es incómoda, miran
constantemente de un lado a otro como asustados y tienen un aspecto entre
trágico y cómico; ahora eso sí, muy serio se los ve, de allí el dicho.
El
caso que el Maestro se pone serio y larga el consejo, a veces mirando la nada,
otras posando su mirada en algún bicho o una piedra (jamás lo vi que nos
mirara) y muy rara vez con los ojos cerrados, pero como soy jodido de
naturaleza, al finalizar siempre le veo un temblor en la comisura de los labios,
como conteniendo una risita o tal vez es que no tragó bien la saliva, pero Él
te dice lo que uno necesita oír. Y allí pienso para mis adentros, ¿es que la
vida es tan simple que cuatro palabras arreglan cualquier cosa en este mundo y
él lo sabe? ¿por eso dice lo que venga y por dentro se está riendo?
Decía
que habla de la distancia, esa cosa que a veces no sabemos poner cuando nos
enfrentamos con un problema nuestro o de otros; y es que siempre, en ambos
casos, de acuerdo a lo que él nos dice, la distancia la debemos mantener. Es el
primer punto de este consejo, el segundo es que en nuestra mente debemos tener
presente siempre, el modelo a seguir, lo que hemos aprendido, lo que hemos
mamado, porque eso es lo que vamos a trasmitir mejor. ¿Por qué dice que eran
niños los que iban formando los mundos?, muy simple, porque ellos tenían fresco
las enseñanzas de sus padres, los ejemplos que vivan a diario y no estaban
contaminados con otras escuelas o filosofías; no había en ellos estructuras que
les marcaran otras líneas más que las que recibían de las verdaderas fuentes,
eso es fundamental.
No
podemos enseñar lo que no vivimos.
Jamás
lo hagamos, porque entonces no enseñaremos nada, el que aprende no lo recibe.
Solo
se enseña con el ejemplo. Y el ejemplo es lo que se vive.
En
la primera parte termina diciendo el Maestro que “fue jugando que aprendieron a
formar mundos”, ¡¡menudo aprendizaje!! Y después aparecen algunos diciendo que
podemos ser dioses, si todavía no sé ni siquiera jugar.
En
lo que sigue, el Maestro es muy jodido lo que dice o declara, porque de ser tal
como lo expone tendríamos que revisar algunas cosas y tirar abajo algunas
paredes internas. Romper muchos paradigmas que cientos de años, miles de
hombres (sobre todo hombres) se encargaron de levantar piedra sobre piedra.
Me
imagino a estos pobres tipos llevando pedruscos hasta lo más interno nuestro,
como si fuésemos cavernas y pusieran una piedra hoy con el rosario de la mañana
otra con la oración de la tarde, una más con la lectura de un párrafo por la
noche y así hasta cerrarnos el paso a nuestras emociones más puras. Lo que
viene a ser que estamos llenos de diques que detienen nuestros verdaderos
intereses y deseos, que al final no somos nosotros, no lo auténticos que
deberíamos ser, no lo puros; porque el que retienen aguas, seguro que termina
con aguas podridas y eso no es bueno.
El
Maestro dice dos cosas fundamentales en la frase final: “nunca han dejado de
jugar” y nunca han dejado de aprender” ¡¡¡¡Y allí está la cosa!!! Ese es el
gran secreto encerrado en todo lo que pertenece a este universo. Todo es un
juego y todo lleva implícito un aprendizaje por lo que no tenemos tiempo que
perder, juguemos y aprendamos.
El
juego es símbolo de alegría de una comunidad de seres que participa en algo que
tiene normas y leyes que están puestas
para divertirse. La finalidad del juego es la socialización del ser humano o
del animal cuando nace, es lo primero que hace para entenderse con la madre y
su entorno inmediato. El juego adquiere así una importancia tan grande que es
el ARTE de los dioses, es la manera de hacer mundos según el Maestro.
Y
los mundos hay que seguir haciéndolos, por lo que hay que seguir jugando y cada
vez que juegas, aprendes y eso es evolución.
Evolución
es aplicación del conocimiento, por lo que no pescarás dos veces en el mismo
lugar.
El
Maestro es sabio con sus cosas por la sencillez con que dice y con los ejemplos
que busca, pero en realidad cuando termines de leer esto me vas a decir que ya
lo sabías. Sí, claro que lo sabías, solo que hace falta que te lo repita y
ahora vuelve a leerlo y busca lo que necesitas saber, sé que tienes una
pregunta que pretendes decir que no fue respondida y no es así, sí lo fue.
Busca que está.
En
una ocasión me pasó lo mismo, no encontraba la respuesta y el Maestro me hizo
buscarla toda una tarde; cuando ya estaba rendido me dijo:”fíjate la frase
final” regresé a esa maldita frase que era sin dudas latín y que de ese idioma
nada sabía y la copié para traducirla en mi casa.
La
frase decía: muvon elos bus lihin.
Una
semana completa estuve con el papelito en el bolsillo y en mi mano tratando de
descifrarlo, al final el sábado cuando me preparaba para salir de ronda con la
barra, dejé el papel en el borde de la pileta del lavabo. Me peinaba con
enésima vez mis crines de indomable potrillo cuando reparé en el reflejo del
papelito: “nihil sub sole novum”, nada nuevo bajo el sol; me cachís en
diez!!!!!!!!!! Estaba al revés el condenado y todo el tiempo en las narices.
Cuantas veces pasa? Pues miles y parece que no aprendemos, por eso que las
lecciones deben ser simples, pero aun así hay que releerlas, porque siempre
encontraremos algo más que nos abrirá una nueva ventana.
Espero
que esto les sirva para comprender como actuar ante los problemas que se
presentan cuando necesitamos ponernos en los zapatos del otro, sin sacarnos los
nuestros.
Si
queremos dar, primero tenemos que obtener lo suficiente para nosotros, para los
nuestros y para los otros; entonces sí estamos listos para dar a los demás.
Nunca se da, si no se tiene. Simple.
Larga
vida. El Águila.
Gracias
por leernos, gracias al Águila por comentar, pero especialmente gracias al
Maestro Don Lapa por prestar sus dichos. Larga vida. Él que escribe.
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Recuerda: cada vez que no comentas una de mis notas, Dios se ve obligado a matar un gatito. Campaña contra el maltrato animal.