La elección Argentina que no será en Octubre
Argentina se debate en
una elección que supera a la que se llevará a cabo en Octubre por las presidenciales.
La elección nuevamente
polarizada está entre seguir con una decadente moral o retomar el camino de la
recuperación moral del pueblo.
Como dije en una nota
anterior, en estos tiempos está instalado un nuevo analfabetismo que es aliado
de los nuevos dueños del poder, el analfabetismo moral. Este tipo de ignorancia
es la ausencia de los valores de moral que debería tener un pueblo y su
estructura como sociedad. La moral son las reglas tradicionales que hacen a ese
pueblo su identidad, dándole los límites donde crecer y desarrollarse sin
miedos y sin desamparos.
La orfandad de los valores
morales cumple en la sociedad el mismo rol que la orfandad de los padres en el
ser humano; por ende sus temores y sus pesares son similares entre el ser
humano y la sociedad. También lo serán en el desarrollo, pues no es lo mismo el
desarrollo de un ser humano que ha sido criado en un seno familiar, apoyado por
el amor filiar, amantado con la seguridad de un hogar estructurado y
manteniendo un régimen estable, que el desarrollo de otro que ha sido un
huérfano, viviendo de hogar en hogar, sin estabilidad, con distintos valores
morales, sin estructuras a las que acogerse, sin figuras a las que aferrarse.
De la misma manera una
sociedad reacciona en el tiempo si sus generaciones viven en uno u otro estado;
si sus dirigentes han sido ejemplos de valores morales y han establecido reglas,
demostrando estabilidad en sus acciones, manteniendo una estructura donde las
generaciones se identifiquen y acepten como suyas sin mayores problemas.
Pero si hoy nos damos
un paseo por las actitudes que muestra la sociedad y sus cabezas visibles,
aquellas que son ejemplos a seguir, por su notoriedad, por su márquetin, por su
liderazgo o por su posición política, veremos que lo que muestran es una
galería de travestismo moral, de incoherencia que insulta a la inteligencia y
provoca vértigo a quién quiera probar entender o comprender para que lado
pensar.
Los valores que en algún
tiempo se trasladaron de padres a hijos, de maestros a alumnos e incluso con
ciertos reparos, de sacerdotes a acólitos, se han diluido casi por completo
transformándose un solo líquido amarronado y pestilente que llamamos “costumbres
de la época”. En él se van sumando día a día las actitudes de cada uno de los
nuevos héroes como un Tinelli o la Mole, de un Ricardo Fort, una Milagro Sala o
un Borocotó; también entran en el listado personas como Chávez y su cáncer o la
madre de Candela y el ¿padre? Grassi o la relación edípica y controvertida de
Hebe Pastor y Sergio Schoklender.
Pero el travestismo
moral y político da cátedra y explicita su posición con frases como las de RodríguezSaa o acciones como las de Mauricio Macri.
Y como ejemplo de
ejemplos, aunque me disculpo por reiterarlo pero es un clásico que más de uno
lo ha vivido; el ladrón de poca monta al que se le pregunta por qué roba (y
realmente yo lo he hecho) y responde con auténtica claridad: -Porque? Si roban
los de arriba….como no voy a robar yo que soy un perejil….- y te quedas sin
respuestas, casi con ganas de decirle que siga robando porque tiene razón.
Entonces comprenderás
que el límite entre lo que está bien y lo que está mal ha sido fundido y
dispersado por alguien con una intención muy clara, con un plan muy bien
estructurado. No es una casualidad que esta persona te haya respondido así.
Esto evidencia lo que
arriba digo, los valores morales han sido sistemáticamente destruidos con un
fin determinado. Pero ¿para qué? Pues la respuesta es muy clara: para que se
pueda instaurar un estado delincuente sin resistencia.
Cuando logras degradar
un pueblo, cuando le quitas sus tradiciones y todo cuanto cree lo ensucias y lo
desmereces, esa sociedad estará preparada para recibir a un estado delincuente
sin que reaccione, porque sus barreras, aquellas que le hubiesen impedido hacer
y aceptar determinadas acciones, ya no están y ahora cualquier cosa es válida.
Ese es el
analfabetismo moral al que pretenden llevar a la sociedad argentina; una vez
instaurado el delito será normal, aceptado si prejuicio y deambular siendo un
delincuente no será escándalo para nadie.
Cuando una gran parte
del norte argentino se alinea detrás de Milagro Sala y la acompaña en sus
tropelías de irrumpir destrozando lo que se ponga a su paso en el solo nombre
de la anarquía, es un paso de inmoralidad. Cuando un dirigente como Rodríguez
Saa votado por estar en contra del modelo del actual gobierno, termina diciendo
que apoya el actual modelo es otro paso de inmoralidad.
Cuando una madre como la de Candela Rodríguez
acepta a un pedófilo como Grassi como asesor espiritual es un paso de inmoralidad.
Cuando el señor
Mauricio Macri lucha contra el modelo actual de gobierno y toda una ciudad lo
vota por ese hecho y luego se alinea detrás de quién dirige el modelo
denostado, es un paso de inmoralidad.
Cuando el Juez de la Suprema
Corte Zaffaroni hace declaraciones inconstitucionales o el Juez Catania actúa
contra el artículo nº 14 de la Constitución Nacional, son pasos de inmoralidad.
Cuando la presidente
viaja al extranjero por una cuestión de estado y “de paso” sale de compras, es
un paso de inmoralidad.
Cuando un Ministro
como el señor Boudou declara que apoya incondicionalmente a una asociación como
Las Madres de la Plaza de Mayo, que están actualmente cuestionadas por la
justicia, es un paso de inmoralidad.
Cuando un parricida,
un delincuente, es un casi funcionario público y está involucrado en el manejo
de fondos del erario público y nadie dice nada hasta que se comprueba que está
en un franco enriquecimiento ilícito, es un paso de inmoralidad.
Cuando para hacer un
lugar para gente pudiente, se construye un muro de tres de alto y se aísla todo
un predio como si de un contagio se tratara, del resto del pueblo porque son de
otra clase social, como en el caso NORDELTA y el Barrio Las Tunas creando las rispideces
lógicas entre los que se sienten marginados y desplazados, es un paso de
inmoralidad.
Cuando la justicia no
penaliza lo que es harto demostrable y que ha sido noticia en todo el mundo, sin
embargo el juez actuante no encuentra a sus ojos motivo de delito como en el
caso del contrabando de armas y Carlos Menem, es un paso de inmoralidad.
Cuando la mayoría de
los políticos en funciones tienen algún tipo de acción judicial sobre sí y que
en más de un caso, son los fueros los que les aplazan que la justicia dictamine
sobre ellos; esas chicanas jurídicas, son un paso de inmoralidad.
Los ejemplos abundan y
podemos llenar páginas, libros, álbumes, bibliotecas, pero solo estaríamos
recopilando datos y nada más; lo que toca es saber qué hacer con esta realidad
revelada, con esto ya conocemos.
Ahora debemos ver que estrategia
tomamos para recuperar o no, los valores morales; ahora debemos tomar parte de
esta elección y ya somos conscientes del mal que nos aqueja o nos beneficia,
según sea nuestra posición; porque podemos estar en contra de la instalación de
un estado delincuente o puede ser que nos beneficie y estemos de acuerdo. Son ambas
posiciones posibles. Quienes leas esto tienen la libertad de elegir; por mi
parte no puedo ser imparcial y mi posición es la de un pueblo libre en el
conocimiento, no en la ignorancia y no quiero un estado delincuente. Pero comprendo
que puede haber personas, que de hecho las hay, que crean que este tipo de
alternativa les es viable. La elección está abierta.
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